Ponemos a tu disposición una guía básica con consejos, hitos, soluciones y expresiones para que tus mensajes y contenidos integren a tu audiencia.
Para unos el lenguaje inclusivo es la última frontera del idioma, un territorio en el que hay mucho en lo que trabajar y mucho por lograr. Para otros, una reivindicación estéril que aleja el foco de problemas más importantes, cuando no directamente una opción que se rechaza de manera frontal.
Lo único cierto es que es un tema que enciende los debates, generando tanto rechazo como adhesión.
Los cambios gramaticales son más lentos y complicados que los ortográficos o léxicos. No solo necesitan campañas o detonantes aislados, sino que deben ser cambios generalizados: cuando la mayoría de los hablantes en su día a día, con naturalidad, entiendan que el femenino es más adecuado que el masculino en algunas situaciones y lo empleen así, estaremos ante un fenómeno mayoritario; este uso del femenino será un consenso tácito en la mente de los hablantes. Y entonces la Gramática académica, notaria de la lengua, previsiblemente registrará que el masculino ya no es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto.